orfeo.euridíce.das paradies

Revista Edanza

Flamencos en Route en el artículo publicado en la revista española «edanza» (p. 20-29)
edanzajulio/agosto 2011

Mercedes Albi, Revista Edanza, 01.07.2011


Tele M 1

Michel Erismann, Tele M 1, 05.06.2011


Rundschau

Fantástico y trepidante


Para hablar del estreno de "orfeo. eurídice. el paraíso." en la iglesia conventual de Königsfelden se necesita un cúmulo de adjetivos repletos de entusiasmo: apasionante, abrumador... Así y mucho más fueron las vivencias que el público compartió con muchas personalidades durante la actuación de una compañía de danza absolutamente excepcional. ...

... Al impresionante comienzo con los sonidos de la nyckelharpa llenando el espacio, sigue la proclamación de intenciones de Orfeo respecto a Eurídice. Sus zapateados claramente varoniles contrastan con los blandos movimientos de Eurídice, que hablan por sí mismos. La aparición en escena de la Muerte produce el efecto de un escalofrío. Sin embargo, esa negra sombra no tiene nada en sí misma que provoque el miedo, es simplemente parte de la vida. La escena de lamentación y luto recibe el impacto sonoro de la soprano Eva Nievergelt. Las bailarinas y bailadores recuerdan el coro griego: durante la danza recitan en común un poema. ...

Esther Meier, Rundschau, 26.05.2011


Der Landbote

Viejo mito , nueva forma

Windisch. Flamencos en route danza en la iglesia conventual de Königsfelden "orfeo. eurídice. el paraíso.", una obra maestra de la coreógrafa Brigitta Luisa Merki y su equipo.
El proyecto de danza que abarca varios géneros une perfectamente lo viejo y lo nuevo. Baile y música de distintas tradiciones se han ido desarrollando hacia una expresión contemporánea y dialogan de manera convincente con la arquitectura histórica y con una disposición del espacio anclada en el pasado.
Para "orfeo. eurídice. el paraíso." la iglesia conventual de Königsfelden ha experimentado una transformación. Beat Zoderer convirtió la entrada al templo en portal del paraíso y cubrió el pavimento con una muestra continua, que hace de la nave principal y las laterales un todo transparente. El edificio sagrado sometido así a intervención temporal resulta transitable para el público y es además espacio lúdico de la representación.
El portal del paraíso es zona de tránsito entre el aquí y el allá en ambos sentidos. El espacio interior se transforma y pasa de bosquecillo de ninfas terrenal a río fronterizo del Hades para acabar escenificado como lugar donde el mundo de las sombras griego y el cielo cristiano se integran en un paraíso con una nueva concepción, lleno de música y danza.
De manera análoga a como se ha incorporado a la escena el arte plástico, las formas heterogéneas de la música y la danza tienen también una función narrativa, trazada con claridad. Brigitta Luisa Merki sigue trabajando en el mito de Orfeo, que cuenta con innumerables representaciones en la imagen, la poesía y el teatro. En una secuencia de seis cuadros llenos de movimiento muestra insistentemente su propia visión sobre los sucesos y personajes que nos ha legado la tradición.

La narración empieza con la alegría de vivir y el amor sobre la tierra, y el encuentro con la muerte, conduce después del fallecimiento de Eurídice a una grandiosa escena de cortejo funerario, transmite luego diversas impresiones de un paraíso novedoso de danza, canto y música instrumental para terminar con un baile español colectivo desbordante de ebriedad. Orfeo es caracterizado como bailaor impulsivo (José Moro), que acompañado por el arpista de nyckelharpa (Erik Rydvall) encarna el poder de la música. La Muerte (Eloy Aguilar) muestra su inexorabilidad de manera grandiosa con figuras dibujadas con suma claridad. Luego el interés se centra en Eurídice (Karima Nayt), quien desde la danza moderna y los cánticos de su ascendencia argelina llega a una nueva autoexperiencia en el fascinante y variado mundo de sonoridades del paraíso, no quiere volver a la tierra y asume de su parte una creación independiente de sonidos.

Junto a esos magníficos protagonistas son también grandiosos la actuación y el baile del grupo de danza, que muestra su dominio del flamenco con sus expansiones hacia otros estilos. Los músicos y la inolvidable Eva Nievergelt interactúan de forma magistral con la danza y realizan una aportación fundamental a esta obra contemporánea de arte total.

Ursula Pellaton, Der Landbote, 25.05.2011


Neue Zürcher Zeitung

Eurídice quiere quedarse

Danza y Arte en Königsfelden con la compañía de danza Flamencos en route

Ambiente paradisíaco en Königsfelden. La compañía de danza Flamencos en route presenta su interpretación de Orfeo y Eurídice.

Taconea hasta que se le abren las puertas del infierno e intenta agitar con su baile el mundo abismal. Sin embargo, no logra recuperar a su amante. Orfeo tiene mala suerte. Su arte puede ser tan conmovedor como se quiera: Eurídice no acepta seguirle. Ha encontrado con la muerte una nueva existencia y no quiere que la liberen de ella. La coreógrafa de Baden Brigitta Luisa Merki ha dado una nueva interpretación al mito de Orfeo y Eurídice y en su nueva pieza «orfeo.eurídice.el paraíso.» confronta Eurídice como ser autónomo a Orfeo. Éste lleva a cabo su búsqueda en el reino de las sombras. Ella capta su ansiedad, pero replica cantando y con su canto exótico y maravilloso lo reconduce al portal. Fuera los colores brillan en la luz. Allí se halla la esfera de Beat Zoderer, quien da forma este año al espacio para Flamencos en route en la iglesia conventual de Königsfelden.

El mito de Orfeo y Eurídice es también tema preferido de los creadores de danza. Pina Bausch, Joachim Schlömer, Emio Greco y otros han llevado a escena la ópera de Gluck, Heinz Spoerli propuso un Orfeo bailado según la música de Henze, y John Neumeier, entre otros, según Stravinsky y Biber. Y ahora le toca el turno al flamenco. José Moro produce un bello Orfeo. Inhabitual, sin embargo, su danza discreta. El bailarín veneciano intenta mover la muerte con una danza no llamativa en la que luto y dolor se interiorizan. Como si se tratara de un hombre normal y corriente quien llorara a su amada. Se integra en el colectivo de seis bailarinas y bailarines que Brigitta Luisa Merki estructura en una formación simple, pero precisamente por ello armónica. Mayor espacio ocupa la muerte a la que Eloy Aguilar imprime una forma elegante.

La discreción de la coreografía es su fuerza. Los simples movimientos de la modern dance se vierten en el flamenco. La bailarina y cantante argelina Karima Nayt encarna Eurídice, cuyo canto pasa de tonalidades occidentales a matices orientales, se oscurece, y se fortalece en el reino de las sombras. Queda contrastado por las tonalidades contemporáneas de la cantante de Baden Eva Nievergelt así como por el cante flamenco de Rocío Soto. Flamenco, tonalidades orientales y música occidental contemporánea se entretejen bajo el impulso de la nyckelharpa del artista sueco Erik Rydvall.

En el centro del montaje se halla la puesta en escena de Beat Zoderer: las puertas del infierno, o del cielo, depende. El artista ha disimulado la entrada de la iglesia conventual con una enorme escultura de color transitable que recuerda un bosque abstracto, pero también el collar con pinchos de un perro feroz. Es la entrada a otro mundo por la cual han de pasar también todos aquellos que quieran vivir la actuación de Flamencos en route. Vale la pena: «orfeo.eurídice.el paraíso.» conduce a un pequeño paraíso. La pieza, que pone término a la trilogía de Königsfelden que tuvo su inicio en 2007 con «resonancias» y su continuación en 2009 con «caleidoscopio», es lo mejor que hemos visto de Brigitta Luisa Merki.

Lilo Weber, Neue Zürcher Zeitung, 23.05.2011


Aargauer Zeitung

Con "orfeo. eurídice. el paraiso" se cierra magistralmente la trilogía "Danza & Arte Königsfelden".

Eurídice ha muerto y la Muerte danza varios minutos. Un solo, que hasta en la obra de Brigitta Luisa Merki exige un protagonismo singular.
Singular es también la manera como Eloy Aguilar se apropia de una figura afectada por lúgubres estereotipos. No es éste el caso. El baile de Aguilar, aunque incluso con su furor palpitante, no quiere sino señalar una cosa: "Yo, la Muerte, soy parte de la vida". Que el mensaje de Aguilar llegue de inmediato al público es uno de los milagros de un espectáculo que conoce otros muchos milagros: el lamento casi insuperable en intensidad de Eva Nievergelt, la inaudita presencia de la danza de Karima Nayt y su canto, el reencuentro de aterciopelados sonidos después de la entrada de Eurídice en el paraíso. Allí ha asumido Eurídice un nuevo rol y por ello invita a todos, también a la Muerte, a bailar. ...una obra que traduce los altibajos de la vida y resulta, por lo mismo, la más conmovedora de Brigitta Luisa Merki.

Elisabeth Feller, Aargauer Zeitung, 23.05.2011


Tele M 1

 

 

Tagesschau, Tele M 1, 21.05.2011