Tanzcompagnie
Flamencos en route
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Baile español con elementos modernos: Flamencos en route presentan el programa de su 25 aniversario, "florescencia"
Un griterío de pájaros resuena por el umbroso jardín. Las orgullosas mujeres de largas vestiduras parecen venir hacia nosotros directamente desde la historia de los moros. La compañía Flamencos en route celebra actualmente sus 25 años de existencia.
Esculturas estilizadas de plantas y una brillante dirección de efectos luminosos, que sumerge el jardín imaginario en ambientes misteriosos o pálidos, son - junto a las ondulantes telas de tonos naturales - los únicos ingredientes de esa noche de flamenco atípica desprovista de rojas faldas de volantes. Como es natural, las distintas escenas muestran la virtuosidad del flamenco clásico, con raudas aceleraciones y pasos o giros velocísimos. Pero Brigitta Luisa Merki, autora, juntamente con el bailarín Eloy Aguilar, de la coreografía de la mayor parte de los bailes, prefiere narrar la tierra seca, las madres con sus hijos en brazos, la capacidad de diálogo femenina y la rivalidad de los hombres, la influencia árabe sobre la herencia española y el eterno tema del flamenco, la muerte. Sigue desarrollando la tradición, añade elementos teatrales y modernos a los bailes de suyo muy formales, busca la referencia hacia los géneros más próximos.
El núcleo central de la función es un largo, expresivo "Dúo de amor" para José Moro y la increíble Karima Nayt, una argelina de voz cálida y con estilo de baile de sinuosidad suelta que constituye un fascinante contrapunto de las poses del flamenco tradicional -como lo son sus pies descalzos de los duros tacones. El flamenco seduce con sus medios basados en el orgullo y la sensualidad, la danza moderna replica con sus figuras llenas de aristas y rechazo, para acabar más tarde soltándose: ha surgido una danza de amor de características particulares, ensimismada.
Otro tipo de colorido es el que aporta Raquel Lamadrid con su elegante solo estilizado, como centaura solitaria, mitad mujer, mitad caballo. Junto a las cantantes Karima Nayt y Rocío Soto (esta última con la típica voz ronca de cantaora), dos guitarristas y un percusionista se encargan del acompañamiento musical lleno de colorido de los seis fabulosos bailarines con personalidades tan distintas.
Publicado tambien en el Esslinger Zeitung y el Reutlinger Generalanzeiger
Angela Reinhardt, tanznetz.de, 09.04.2010
"florescencia": Flamencos en route huéspedes de la Stuttgarter Theaterhaus
La coreógrafa Brigitta Luisa Merki tiene el hermoso don de convertirnos por una noche entera en fans de flamenco. Lo logra también sin ninguna dificultad con su nuevo montaje "florescencia", que la compañía Flamencos en route nos ofrece como huésped de la Stuttgarter Theaterhaus. Ya que el encuentro con otras artes - y de este espíritu de apertura es sinónimo desde hace 25 años la compañía suiza - libera el flamenco de los clichés folklóricos. El diálogo entre una bailarina, que haciendo gala de modernidad va con paso liviano al encuentro de su pareja, y el macho que, en un esfuerzo reiterado por subyugar, no deja al corazón que se exprese, sino que habla con los pies, contiene todo el mundo emocional de una relación; con levantamientos y gráciles transiciones se hace posible una aproximación que el flamenco solo no permitiría.
Para rendir homenaje a los cofundadores de la compañía, la leyenda del flamenco Susana y su marido, el músico Antonio Robledo, Merki ha ideado un jardín. Allí ha instalado las esculturas desplazables, que oscilan, abstractas, entre figuras humanas y árboles, como si ilustraran una cita de Susana. "Intentad ser amigos de la tierra y del cielo", aconseja la maestra cuando está de profesora en la escuela del Ballet Nacional de Canadá. "Flamenco at 5:15" se titula el documental galardonado con un Oscar, cuya proyección abre paso a "florescencia" en la Theaterhaus y que sirve de marco a la noche de danza. También en la escena se puede vivir a menudo el flamenco como lucha entre lo ligero y lo pesado, como avalancha emocional, desatada por un alegre solo de guitarra o por el arrullo de una nana árabe, con la cual la cantante y bailarina argelina Karima Nayt provoca con insuperable belleza la floración del jardín. Otra cantante, tres parejas de baile, dos guitarristas y un percusionista hacen de "florescencia" una cita obligada para los fans de flamenco y para todos aquellos que lo quieran ser al menos por una noche.
Andrea Kachelriess, Stuttgarter Nachrichten, 09.04.2010
Como dijo Susana en el film FLAMENCO AT 5:15: el flamenco no se anda con miramientos ni con la escena ni con los espectadores, sino que se baila cuando "hay que hacerlo".Ese momento prendió en un explosivo duelo de rivales. Una atmósfera ligera pero intensa se tradujo en el delicado baile de cuatro mujeres con sus faldas susurrantes. En tanto que espectador uno se sentía aquí integrado en un círculo mágico. A la intensidad del ambiente contribuyeron también guitarristas y percusionistas así como dos excelentes cantaoras.
Benjamin Herzog, Basler Zeitung, 26.03.2010
Hermosa celebración de las bodas de plata de esta imprescindible compañía de danza bajo la dirección de Brigitta Merki, bailaora, directora y coreógrafa de ese sueño que es siempre la aventura artística. Domingo, 25 de octubre de 2009; una bella tarde del delicado otoño de Baden; un teatro, el Kurtheater, lleno a rebosar de público expectante; un montaje pleno de vigor, poderoso en su discurso, fruto de la madurez de una artista de ya largo recorrido: “florescencia”.
Con toda seguridad -¿por qué no?- es esta época, el otoño, en la que florecen determinadas plantas, todas ellas relacionadas con el arte, con el arte de la Merki, al menos. Pero no sólo en otoño; en el último mayo pudimos asistir al florecimiento de otro espectáculo bellísimo en el delicioso jardín en que fue convertida la nave central de una iglesia del siglo XV, en Könisgsfelden. Son, al parecer, florescencias continuas las que proporciona el árbol del talento y la sensibilidad.
Brigitta Luisa Merki, con sus “Flamencos en route”, continúa investigando –y encontrando- caminos luminosos para el baile flamenco, más allá de la muestra del quehacer más o menos virtuoso a la que nos tiene acostumbrados buena parte de los artistas flamencos en España y fuera de España. Resulta reconfortante encontrar creadores que no se limitan a cantar o bailar como tan bien lo hicieron los clásicos, sino que se arriesgan a emprender y desarrollar nuevas formas de interpretación de la tradición, asumiendo abiertamente su heterodoxia y, consecuentemente, las críticas que puedan surgir –y que surgen- de quienes defienden a capa y espada lo ortodoxo, o lo que es lo mismo, la inmovilidad. Sin ellos, sin los renovadores, nada habría cambiado en el mundo del arte a lo largo de los años, de los siglos. Y en el campo del flamenco todavía se estaría cantando como Don Antonio Chacón, bailando como Antonio o Faíco; nombres de referencia para todo el que ame el flamenco pero a los que no habríamos podido añadir hoy otros nombres fundamentales como Antonio Gades, Camarón de la Isla, Enrique Morente o Paco de Lucía en el toque. El nombre de Brigitta Luisa Merki empieza a ser también fundamental.
“Florescencia” es un espectáculo rebosante de creatividad, que se nutre de algunos de sus montajes anteriores; un paso más, podríamos decir, en el camino que actualmente recorre y que pasa por senderos tradicionalmente adjudicados a otras artes como el teatro, la poesía, la pintura o la escultura. En el escenario desnudo, los bellos elementos móviles diseñados por la escultora británica Gillian White componen un decorado subjetivo para los distintos espacios en los que se desarrollan las distintas coreografías, los actos teatrales por decirlo sencillamente. En cuanto a los integrantes de la compañía es notable la compenetración y el minucioso y duro trabajo llevado a cabo en los ensayos; el resultado es brillante, hermoso, lleno de emoción.
La emoción impregnó toda la sesión en la función del día del estreno. No sólo porque se trataba de la celebración del 25 aniversario de “Flamencos en route” sino porque, fundamentalmente, era un homenaje al gran compositor Antonio Robledo y a su mujer, la gran bailaora Susana, a quienes tan ligada ha estado siempre la Merki desde el principio de su sueño. Allí estaban, con sus largos y largos años a cuestas: él, sentado en una butaca ante el proscenio; ella, perdida ya la movilidad y el habla, a su lado, prendida de su mano, en una silla de ruedas; ambos, con la mirada fija en cuanto de hermoso ocurría en el escenario para ellos.
Y fue un homenaje emocionante: breve y hermosa dedicatoria de la Merki; palabras de Mercedes, nieta de La Quica -legendaria bailaora a cuya escuela la Merki acudió durante años- y a quien a veces le tembló la voz al rememorar tiempos pasados e inolvidables; y Enrique Morente, para quien Susana y Antonio Robledo son como unos segundos padres y no sólo artísticos; allí estaba el genio granaíno, con su sabia humildad y su habitual y machadiano desaliño indumentario, brindando caricias a una Susana a la que de repente se le iluminaban los ojos de muda felicidad. Al finalizar el espectáculo y los atronadores aplausos del público, Morente subió al escenario y se arrancó por alegrías –la mirada y el gesto directos a Susana y Antonio-, a veces con toque y a veces a capella, con un “rajo” sólo dado a los elegidos por los dioses. La verdad es que todavía se me pone la piel de gallina al recordarlo. Y volvió a caerse el teatro entero.
A la salida era noche cerrada; y caminamos en grupos hacia el lugar donde estábamos citados para comer y beber algo. Los flamencos en ruta estaban relajados ya, necesitaban hablar, reír, bromear. Lluvia leve, apenas llovizna. Era Baden, era Suiza. Y uno se preguntaba cómo es posible parir espectáculos de flamenco tan magníficos en un ámbito tan diferente de España. La respuesta es sencilla: Brigitta Luisa Merki lleva el flamenco dentro, en cada neurona, en cada célula. Sólo nos queda esperar su próximo montaje; seguro que ya está en ello.
Emilio Lahera, Tanzkritiker, 01.11.2009
Flamencos en route, pioneros en la evolución del baile flamenco
Danza en el más alto grado de perfección, erotismo fascinante del Flamenco. Momentos enormemente conmovedores fueron los que ofreció la gran gala del 25 aniversario de la compañía de danza Flamencos en route, que terminó con un aplauso atronador, interminable, de un público que, puesto en pie, no quería poner fin a su ovación. "Fue una culminación cultural absoluta", se oye decir tanto a organizadores como a espectadores.
También para Susana y Antonio Robledo fue la noche de gala una noche muy especial. Ambos artistas han marcado desde un principio con fuerte impronta el trabajo de Flamencos en route y no podían dejar de estar presentes a la noche de aniversario. La música de Robledo la encontramos también en florescencia. La tropa formada en torno a Brigitta Luisa Merki recibió un homenaje especial de la presidenta de la asociación de bailarines profesionales, Mercedes Zúñiga, de Madrid. El broche lleno de dignidad y ambiente lo puso el cantaor Enrique Morente.
Aargauer Zeitung, 26.10.2009
Al igual que algunas otras personas presentes he viajado desde España para asistir a esta Gala de celebración de los 25 años de Flamencos en route, y estoy encantada porque en el mundo de la danza, de las artes en general, 25 años es toda una vida.
Esta "vida" de la que tantas personas hemos difrutado a lo largo de su existencia, se la debemos a los creadores de Flamencos en route, con quienes tenemos el honor y el privilegio de contar hoy entre nosotros: Susana y Antonio Robledo.
Este espectáculo que veremos hoy como celebración de aniversario, nace del especial deseo de su Directora, Brigitta Luisa Merki de homenajear a Susana y Antonio Robledo. Sin ellos, ninguno de nosotros estariamos hoy aqui. Ellos sembraron la semilla y a lo largo del tiempo han sido fuente de inspiración y han acompañado siempre a Flamencos en route con su música y su atenta mirada; no en vano este nombre tan bien elegido para la compañía: Flamencos en route. Siempre en movimiento. Siempre haciendo camino.
Yo soy una persona vinculada a la danza de mi país desde que nací. Conozco y amo la danza en profundidad y la he representado como Presidente de la Asociación de Profesionales de la Danza desde el año 2005.
Para mi es un orgullo profesional poder compartir este momento ya que Flamencos en route representa parte de la historia y la evolución de la cultura de mi país. No solo se ha alimentado de ella sino que la ha hecho crecer y la ha expandido y la ha enriquecido a través de su intenso trabajo de creación tanto musical como coreográfica.
Pero también es un orgullo personal porque dentro de la historia de la Compañía se entrecruzan otras historias: Así puedo contar que Susana, su fundadora estudió, durante mucho tiempo, en Madrid con mi abuela "La Quica"; y que Brigitta estudió también en Madrid, con mis padres "Mercedes y Albano". De modo que nuestras propias historias quedan enlazadas para siempre por unas profundas raíces.
Además, Flamencos en route, lleva 25 años demostrando que el arte es de todos y para todos, que no hay distinción de colores ni fronteras y que lo que importa es el trabajo constante, sincero y con gran cualificación técnica. Esto es lo que ha permitido que Flamencos en route tocara directamente el corazón del público durante todo este tiempo, creando así un flujo de comunicación y transformación; a lo cual, sintentizando, llamamos ARTE.
Por todo ello, en nombre de todos los públicos y de todos cuantos en algún momento hayan formado parte de la Compañía, lo sean ahora, o lo puedan ser en el futuro, me permito darles las gracias con el mismo corazón con el que Flamencos en route nos presentará una vez más, esta noche, el fruto de su entrega incondicional al arte de la Danza.
Mercedes Zuñiga León, Madrid, Presidente Asociació, Grusswort zum Jubiläum, 25.10.2009
En un jardín imaginario de recuerdos y visiones hechizantes, la compañía de danza Flamencos en route celebra sus 25 años de existencia, cautivando al público con su estreno en el Teatro de Winterthur.
'florescencia' es un homenaje a Susana y Antonio Robledo. Brigitta Luisa Merki, que fundó Flamencos en route y dirige la compañía desde 1994, se entusiasmó particularmente con la presencia en el estreno de la legendaria bailarina y coreógrafa y del pianista y compositor. Tras la fundación de la compañía de danza, ambos asumieron durante una década la dirección artística de ésta, sentando las bases para que prosperaran y florecieran nuevas formas de danza figurativa creadas a partir del folclore y desarrollándose en diversas direcciones artísticas.
Tanto en lo referente al baile como a la música, la compañía hace un uso innovador de elementos tradicionales del flamenco y del baile español. Desde el principio del programa de aniversario, el público tuvo oportunidad de apreciar el paso de las tradiciones populares a una expresión artística altamente estilizada. Vilja Poskute y Tomas Daukantas interpretaron con gran éxito la suite 'Danza Iberia' para piano a cuatro manos, estrenando una obra de Antonio Robledo terminada hace apenas tres meses. Los ritmos parecían apoderarse de los dos pianistas, de manera que en su interpretación musical las manos casi bailaban sobre el teclado, asemejándose a una coreografía y reflejando de forma sumamente precisa el espectáculo de danza que le sigue.
En 'florescencia', la música y el baile se ven estrechamente entrelazados en todas las escenas, inspirándose mutuamente. En 'El jardín oscuro', es el canto español de Nieves Díaz el que desencadena la composición de movimientos de Brigitta Luisa Merki. En 'La primera', el coreógrafa Eloy Aguilar reacciona de forma directa a la música de Antonio Robledo, mientras que en 'Por soleá', el baile masculino primero desafía a los guitarristas Juan Gómez y Pablo García, así como al percusionista Karo Sampela, para más tarde evolucionar hacia un ardiente diálogo extremadamente tenso entre baile y música, o canto. Muy fuertes e impresionantes se presentan sobre todo 'Nanas y gritos' y 'Dúo de amor', ya que en ellos el canto árabe de Karima Nayt domina la atmósfera y la danza. Además, esta polifacética artista introduce elementos del baile moderno y los entremezcla con los del flamenco, creando así matices fascinantes.
La secuencia de escenas de 'florescencia' tiene lugar en un jardín nocturno. Las abstractas esculturas de hierro de la artista Gillian White, que se yerguen majestuosas, son adaptables y móviles y se juntan para formar diversas imágenes paisajísticas. Permiten transformar rápidamente arbolados de troncos dispersos en maleza o alamedas en claros a la entrada de un bosque. Así, el escenario presenta una y otra vez un nuevo ambiente artificial, pero al mismo tiempo naturalista, proporcionando el trasfondo para misteriosos encuentros y experiencias individuales.
Grupos pequeños, una pareja o individuos solos, luciendo unos hermosos trajes diseñados por Carmen Pérez Mateos, emergen de la oscuridad y salen a la luz radiante que modela nítidamente cuerpos y movimientos (bajo la dirección de Veit Kälin). La mayoría de las figuras y la trama, así como numerosas combinaciones de movimientos y configuraciones espaciales hacen referencia a obras anteriores. Sin embargo, en ningún momento el espectador tiene la impresión de que se le presente un collage de secuencias ya conocidas. Más bien le vienen a la mente imágenes parecidas, más o menos variadas, cuya magia se ve ahora particularmente intensificada por el recuerdo.
Y no en último término son las bailadoras y los bailarines mismos quienes subyugan al público. Carmen Iglesias, Raquel Lamadrid, Marta Roverato, Karima Nayt, Eloy Aguilar, José Merino y José Manuel Polonio hacen uso de su gran maestría de baile para presentarnos sentimientos y emociones y hablarnos de relaciones y experiencias. Nos dejan maravillados ante su perfección de darles la forma artística adecuada y nos emocionan con sus expresiones que nos hacen compartir tan directamente.
Ursula Pellaton, Der Landbote, 26.09.2009